Riesgo país, PIB y empleo: ¿Cómo va la Argentina de Javier Milei en 2025?


Política económica de Milei y efectos en 2025

Este informe sobre economía de Argentina 2025 revisa, con datos actualizados, el PIB, el empleo y el riesgo país bajo el gobierno de Javier Milei. Incluye gráficos y conclusiones basada en evidencias.

Claves rápidas: ¿Bajó la inflación? Sí, 2025 muestra desinflación frente a 2024, con mejora del poder adquisitivo. ¿Qué pasa con el dólar oficial? Tras el salto de fines de 2023 y el deslizamiento de 2024, 2025 opera con banda administrada para anclar expectativas. ¿Cómo vienen las reservas del BCRA? En recuperación desde los mínimos de 2023, apoyadas por mejor saldo comercial y financiamiento. ¿Y el riesgo país? Cede desde los picos 2022–2023, pero sigue alto; la consolidación fiscal y el acceso al mercado serán decisivos. En empleo, el desempleo subió en 2024–2025 tras el bache de actividad, pero la baja de la inflación mejora el horizonte del consumo y el crédito.

En el frente externo, la balanza comercial volvió al superávit en 2024 y 2025 mantiene terreno positivo con exportaciones al alza y demanda interna contenida. El sector público apunta a equilibrio fiscal, superávit primario, resultado global cercano a cero, lo que reduce deuda/PIB y refuerza credibilidad. En lo monetario, el desarme de Leliq y una Base Monetaria más consistente con la desinflación ordenan el régimen.

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En síntesis: 2025 es un año de transición hacia la estabilidad: inflación en baja, dólar oficial con banda, reservas en recuperación y cuentas públicas más ordenadas.

Aquí encontrarás gráficos comparativos 2021–2025 con inflación, dólar, reservas, déficit/superávit, deuda, PIB real, riesgo país, desempleo, balanza, cuenta corriente, Base Monetaria y Leliq.

Reservas internacionales brutas

Las reservas internacionales brutas de Argentina son, en simple, el ahorro en dólares y otras monedas que guarda el Banco Central (BCRA) para pagar importaciones, atender compromisos y bajar la tensión cuando el mercado se pone nervioso.

Mirando 2021–2025, la película fue así: en 2021 había USD 39.663 millones; en 2022 subieron a USD 44.597 millones; en 2023 cayeron fuerte a USD 23.073 millones (sequía y más demanda de dólares); en 2024 fueron de USD 29.612 millones; y en 2025 siguieron mejorando hasta USD 42.141 millones al 6 de agosto de 2025.

¿Qué empuja esa subida? Más exportaciones que importaciones, superávit comercial, menos presión sobre el dólar oficial, y desembolsos de organismos.

El dato clave es que volvieron a niveles parecidos a 2021 y muy por encima de 2024. Más reservas = más espalda para el país, mejor confianza, y más margen para estabilizar precios.

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¿Por qué te debería importar? Porque las reservas del BCRA influyen en cosas muy concretas: el precio del dólar oficial, la inflación y el acceso al crédito. Si las reservas suben, el Banco Central tiene más poder para ordenar el mercado, bajan los sustos cambiarios y mejora la previsibilidad para empresas y consumidores. Si bajan, todo se complica. Por eso, al seguir la evolución de las reservas 2021–2025, también estás siguiendo cómo puede moverse tu presupuesto: desde el precio de productos importados hasta la tasa de un préstamo.

Grafico reservas internacionales argentina 2021-2025

Déficit Fiscal

El déficit fiscal / superávit (% del PIB) del gobierno central en Argentina 2021–2025 resume, cuánto gasta y cuánto recauda el Estado nacional en relación con el tamaño de la economía. Tras la pandemia, 2021 y 2022 mostraron déficit (más gasto y subsidios, menos recaudación real), mientras 2023 profundizó el rojo por sequía, menor ingreso de divisas y más intereses, presionando al resultado fiscal del gobierno central.

En 2024 fue de 0.86% del PIB. Para 2025, el foco está en sostener el equilibrio fiscal del gobierno central, priorizando gasto social focalizado, obra pública más selectiva, tarifas que cubran costos y una administración financiera con tasas reales positivas. Se proyecta un 0.43% del PIB. Si buscas déficit fiscal Argentina 2025, superávit 2024 gobierno central o resultado fiscal (% del PIB) 2021–2025, aquí tienes la foto: una transición del rojo al equilibrio, con la mira puesta en consolidar un superávit sostenible que estabilice precios y mejore el acceso al crédito.

¿Por qué importa este déficit / superávit del gobierno central en % del PIB para empresas y familias? Porque determina la necesidad de financiamiento: si hay déficit, el Tesoro emite deuda o presiona a la política monetaria; si hay superávit, baja el riesgo, mejora el costo de financiamiento y se estabiliza el frente cambiario. Entre 2021 y 2023 la economía convivió con déficits y más inflación; en 2024–2025 el objetivo es déficit cero o superávit del gobierno central, clave para anclar la inflación, fortalecer reservas, reducir la deuda/PIB y sostener el crecimiento del PIB.

Con un gobierno central más ordenado, la economía gana previsibilidad: menos sobresaltos del dólar oficial, mejor clima para inversión, y una senda fiscal que prioriza la estabilidad por encima del corto plazo.

Grafico 2021-2025 Déficit/superávit Fiscal

Deuda Publica

La deuda pública de Argentina 2021–2025 (gobierno general, deuda bruta como % del PIB) muestra una curva muy marcada y clave para cualquier búsqueda de deuda pública Argentina 2025, deuda/PIB Argentina o evolución deuda 2021-2025.

¿Qué hay detrás? En 2021–2022 la ratio se mantuvo alto por el impacto post-pandemia y la inflación con crecimiento moderado. En 2023 el salto a 155,41% respondió a la combinación de devaluación, caída del PIB real, mayor peso de la deuda en moneda extranjera y tasas más altas; el denominador (PIB nominal en dólares) se comprimió y la relación deuda/PIB se disparó. El alivio en 2024 hacia 85,33% llegó con desinflación gradual, recomposición del PIB nominal, corrección de precios relativos, recorte de subsidios, mejor acceso al mercado local en pesos (CER y tasa fija) y una menor brecha cambiaria. Para 2025, el escenario de 73,1% del PIB (FMI) parte de equilibrio fiscal casi total, rolleo ordenado de vencimientos, tipo de cambio más predecible y crecimiento positivo, factores que sostienen la sostenibilidad de la deuda.  Deuda pública, deuda/PIB, gobierno general, bonos en pesos y dólares, FMI WEO, riesgo país, sostenibilidad de la deuda.

¿Por qué la deuda pública 2021–2025 es decisiva para empresas y familias? Porque define el costo de financiamiento del Estado y, por extensión, las tasas de interés, la estabilidad del dólar oficial, la dinámica de reservas del BCRA y la confianza de los inversores. Cuando la deuda/PIB cae, como de 155,41% (2023) a 85,33% (2024) y una proyección de 73,1% (2025), el riesgo país mejora, el Tesoro puede prefinanciar a plazos más largos y el crédito privado encuentra aire.

Las claves operativas para 2025 son: superávit primario, calendario de vencimientos previsible, profundización del mercado en pesos (bonos CER, tasa real positiva), relación más sana entre deuda en dólares y deuda en moneda local, y crecimiento que sostenga la carga de intereses. Si buscas deuda pública Argentina 2025 (% del PIB), este resumen te da la foto y las palancas que mirar. Con disciplina fiscal y reglas claras, el país puede consolidar un sendero de deuda sostenible y mejorar su posición en los mercados.

Grafico 2021-2025 deuda publica argentina

PIB Real

El crecimiento del PIB real de Argentina (2021–2025) cuenta una historia clara en números. Tras la reapertura pospandemia, 2021 registró un salto de 10,4%, seguido por 2022 con 5,2%, todavía impulsado por consumo reprimido, recomposición de empleo y mayor utilización de capacidad instalada. La tendencia cambió en 2023, cuando el PIB real cayó -1,6% por la sequía histórica, restricciones de divisas y un encarecimiento del crédito que enfrió la inversión.

En 2024 la economía aún sintió el ajuste y marcó -1,7%, con demanda interna moderada y empresas reordenando costos en un entorno de desinflación incipiente y tipo de cambio más administrado. Hacia 2025 el escenario base mejora: la proyección de 5,5% apunta a una recuperación del crecimiento apoyada en una mejor cosecha, normalización de importaciones de insumos, recomposición del salario real y más tracción en sectores transables (agroindustria, energía y minería) que lideran exportaciones.

¿Qué mirar para validar esa recuperación del PIB real en 2025? Tres motores: exportaciones (mejores volúmenes y precios en agro, gas/petróleo y litio), consumo (salario real en alza con inflación a la baja) e inversión (clima financiero más estable, menor prima de riesgo y reglas más previsibles). La combinación reduce cuellos de botella y favorece la producción. En el frente interno, el equilibrio de cuentas públicas y tasas reales positivas ordenan expectativas; en el externo, un superávit comercial sostenido ayuda a acumular reservas y abaratar el financiamiento, condiciones que retroalimentan la actividad.

En síntesis, la tendencia del PIB real 2021–2025 queda definida por 2021 (10,4%), 2022 (5,2%), 2023 (-1,6%), 2024 (-1,7%) y 2025 (5,5% proyectado): una trayectoria que combina rebote, corrección y vuelta al crecimiento, clave para empresas, inversores y hogares que siguen de cerca crecimiento del PIB, perspectivas 2025 y economía argentina.

Grafico 2021-2025 PIB real argentina

Riesgo País

El riesgo país de Argentina (EMBI+) 2021–2025 resume cuánto extra de tasa exigen los mercados para comprar bonos soberanos frente a un activo libre de riesgo. La serie de estos cinco años muestra un pico postpandemia y luego una baja marcada. En 2021 cerró cerca de 1.697 puntos mientras la economía aún rebotaba. En 2022 se estresó hasta alrededor de 2.200 puntos por inflación alta global y local, mayor incertidumbre fiscal y tensiones cambiarias. En 2023 retrocedió a la zona de 1.923 puntos (diciembre), todavía elevada por la sequía y la debilidad de reservas.

El giro más claro llegó en 2024, cuando el riesgo país se comprimió hacia 650 puntos con señales de equilibrio fiscal, recorte de subsidios y normalización de precios relativos. En 2025, con una lectura cercana a 750 puntos (julio), el indicador se mantiene por debajo de los picos 2022–2023, aunque todavía alto para un retorno pleno a los mercados.

¿Qué mueve el EMBI+ Argentina? Tres factores dominan: fiscal, reservas y crecimiento. Un déficit menor o superávit del gobierno central reduce la necesidad de financiamiento, baja la probabilidad de emisión monetaria y mejora la percepción de sostenibilidad de deuda; eso empuja el spread a la baja. La acumulación de reservas (más exportaciones que importaciones y financiamiento multilateral) refuerza la capacidad de pago en divisas y apaga episodios de volatilidad del dólar oficial. Finalmente, un PIB real en recuperación (proyección 2025 positiva) mejora ingresos tributarios y reduce la ratio deuda/PIB, recortando la prima.

Riesgo país Argentina, EMBI+, bonos soberanos, equilibrio fiscal, reservas BCRA, deuda/PIB y perspectivas 2025. Si estas palancas se sostienen, el riesgo país puede seguir convergiendo; si se revierten, el spread vuelve a ampliarse.

Grafico 2021-2025 Riesgo país

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Desempleo

El desempleo en Argentina 2021–2025 muestra una curva de V: baja pospandemia y luego rebote. Con datos de INDEC, la tasa de desempleo pasó de 7,0% en 2021 (4T) a 6,3% en 2022 (4T) y tocó un mínimo reciente de 6,1% en 2023 (promedio anual), apuntalada por el arrastre del rebote, mejoras en empleo formal e informal y mayor utilización de capacidad instalada. El giro llegó en 2024, cuando el promedio anual subió a 7,2% en un contexto de PIB débil, consumo moderado y reacomodación de precios relativos; el ajuste enfrió la contratación privada, especialmente en comercio, construcción y algunas industrias, mientras el salario real comenzaba a recuperarse lentamente con la desinflación.

En 2025, el 1T marcó 7,9%, reflejando el bache típico de arranque de año y la inercia del 2024. Para el desempleo en Argentina 2025 o mercado laboral 2021–2025, la foto es nítida: caída 2021–2023, deterioro 2024 y arranque 2025 todavía alto, con expectativas de mejora si repunta la actividad y el crédito.

De cara a 2025, la clave para bajar la desocupación será la combinación de tres motores: crecimiento del PIB (agro, energía, minería y economía del conocimiento), consumo con salario real en recuperación y un clima financiero más estable que reactive inversión y empleo registrado. Con inflación a la baja, dólar oficial más predecible y mejor acceso a insumos importados, las pymes pueden volver a contratar; a la vez, la obra pública focalizada y la inversión privada en infraestructura energética traccionan mano de obra. Riesgos que monitorear: informalidad persistente, demoras en el crédito a empresas y rotación sectorial que exige recalificación. Con crecimiento sostenible y estabilidad macro, la tasa de desempleo debería tender a la zona baja de 2023; si la actividad se estanca, el indicador puede quedarse cerca de los niveles de 2024–1T 2025.

Grafico 2021-2025 Desempleo argentina

Balanza Comercial

La balanza comercial de Argentina 2021–2025 alterna entre superávits y un bache puntual, con una recuperación clara desde 2024. Con tus datos: 2021: USD 14,75 mil millones, 2022: USD 6,92 mil millones, 2023: –USD 6,93 mil millones, 2024: USD 18,90 mil millones y 2025: USD 2,79 mil millones a junio. El trazo fino ayuda a entender por qué. En 2021–2022 el saldo fue superavitario por exportaciones sólidas (agro, agroindustria, energía y manufacturas) y precios internacionales favorables; aun así, la mayor demanda de importaciones de bienes de capital e insumos recortó el margen en 2022. En 2023 llegó el déficit comercial: la sequía redujo volúmenes del complejo sojero y la economía importó más energía e insumos clave con un tipo de cambio oficial aún exigente. Esto impactó en el saldo comercial, la cuenta corriente y las reservas del BCRA.

El quiebre favorable se ve en 2024: el país vuelve a un superávit comercial de USD 18,90 mil millones, apoyado en mejor cosecha, menores compras de energía y una demanda interna más moderada que achicó importaciones. En 2025, el saldo a junio es USD 2,79 mil millones; es una foto parcial que combina estacionalidad (exportaciones agrícolas concentradas en algunos meses), normalización de importaciones para la reactivación del PIB y mayores envíos de combustibles, minería, litio y manufacturas. Operativamente, mantener un superávit comercial consistente favorece la acumulación de reservas, baja el riesgo país y sostiene la desinflación: tres condiciones para un crecimiento más estable. Clave para 2025: asegurar financiamiento del comercio exterior, logística fluida y un tipo de cambio que preserve competitividad sin recargar costos.

Grafico 2021-2025 Balanza comercial argentina

Cuenta Corriente

La cuenta corriente mide el pulso externo más amplio: bienes + servicios + renta (ingreso primario) + transferencias. Con tus cifras: 2021: USD 6,65 mil millones, 2022: –USD 3,79 mil millones, 2023: –USD 20,96 mil millones, 2024: USD 6,29 mil millones y 2025: –USD 5,19 mil millones (1T). El patrón es claro: superávit en 2021, deterioro 2022–2023 por sequía, mayor pago de intereses y fletes/servicios, y rebote al superávit en 2024 gracias a la balanza comercial. Aun con superávit de bienes, la cuenta de servicios suele ser negativa (turismo, transporte, servicios empresariales) y la de ingreso primario también (intereses y utilidades), por lo que la mejora 2024 es relevante: refleja más exportaciones netas y menor presión de importaciones energéticas.

En 2025 (1T), el rojo de –USD 5,19 mil millones responde a estacionalidad, pico de pagos de intereses y dividendos, turismo emisivo en verano, y a la normalización de importaciones para recomponer stocks. Lo que importa para el año es si el superávit comercial y el crecimiento del PIB compensan esos egresos.

Señales a seguir: saldo de bienes (agro, energía, minería), turismo neto, costo de financiamiento externo y dinámica de intereses. Un cierre 2025 cercano al equilibrio, o levemente superavitario, reforzaría la sostenibilidad externa, permitiría acumular reservas BCRA y consolidaría la baja del riesgo país; si no, la cuenta corriente seguiría dependiente de financiamiento y del humor global.

Grafico 2021-2025 Cuenta corriente argentina

Leliq

La Leliq en Argentina 2021–2025 es la historia de un instrumento que dejó de existir como ancla principal de la política monetaria del BCRA. En 2021 el stock de Leliq rondaba los 2,6 billones, creciendo hasta un promedio cercano a 6,55 billones en 2022, lo que reflejaba una estrategia de absorción de liquidez con tasas muy altas para intentar frenar la inflación y ordenar el tipo de cambio oficial. En 2023 el saldo bajó hasta 3,66 billones (diciembre), al tiempo que se reforzó el uso de pases pasivos y se preparó el cambio de esquema. El desarme de Leliq se concretó a partir de enero de 2024, quedando el stock en 0 y migrando la esterilización a pases con plazos más cortos y una señal de tasas reales positiva.

En 2025 la Leliq se mantiene en cero, lo que simplifica el balance del BCRA, reduce el costo de intereses cuasifiscal y cambia la métrica que miran analistas y bancos para evaluar la aspiradora de pesos.

¿Qué implica para empresas y familias la salida de la Leliq en 2024–2025? Primero, un costo cuasifiscal más bajo, que contribuye al objetivo de déficit cero del gobierno central y a una desinflación más creíble. Segundo, una curva de tasas que busca ser positiva en términos reales, favoreciendo el peso como moneda de ahorro e inversión y ordenando el crédito.

Tercero, un sistema financiero que opera con pases, operaciones de corto plazo, más que con Leliq, lo que puede volver más ágil la transmisión de la política monetaria. En este contexto, las claves a monitorear en 2025 son: ritmo de crecimiento del PIB, evolución de la Base Monetaria, demanda de depósitos en pesos, y sensibilidad del tipo de cambio; si estas variables se alinean, la salida de la Leliq consolida la estabilidad sin necesidad de recurrir a absorciones masivas de liquidez.

Grafico 2021-2025 Leliq argentina

Inflación

La inflación anual IPC de Argentina 2021–2025 recorre un ciclo de aceleración y posterior desinflación. Los datos muestran: 2021: 50,9%, 2022: 94,8%, 2023: 211,4%, 2024: 117,8% y 2025: 36,6% interanual a julio, con 17,3% acumulado enero–julio y una proyección FMI fin de 2025 en el rango 20–25%. La escalada 2021–2023 respondió a inercia alta, shocks de precios relativos, corrección cambiaria y financiamiento del déficit fiscal; el pico de 211,4% en 2023 dejó distorsiones fuertes en tarifas, combustibles y bienes importados. En 2024 comenzó la desinflación: ancla fiscal, recalibración de precios, menor emisión monetaria, y un tipo de cambio oficial con deslizamientos más predecibles. Hacia 2025, la combinación de tasas reales positivas, reacomodamiento de expectativas y mejores condiciones externas permite proyectar una inflación que, sin ser baja, se ubica muy por debajo de 2024 y menos de la mitad del pico de 2023.

La tendencia del IPC cambia de régimen en 2025 si se sostienen equilibrio fiscal, reglas cambiarias estables y un crecimiento que no reabra presiones de demanda.

¿Qué mirar de acá en adelante? La velocidad del pase a precios en sectores regulados, la brecha entre dólar oficial y financieros, la recomposición del salario real y la paritaria; si estos factores se mantienen bajo control, el IPC puede converger a niveles compatibles con crecimiento del PIB y crédito en pesos.

Grafico 2021-2025 Inflación anual argentina

Análisis final sobre la economía Argentina

La economía argentina 2021–2025 cerrara con un panorama más ordenado que el del pico de la crisis: avanza la desinflación, el dólar oficial opera con mayor previsibilidad, las reservas del BCRA se recuperan y el riesgo país cede frente a 2022–2023. El PIB real muestra rebote en 2025 tras la recesión, mientras la balanza comercial vuelve al superávit y mejora la cuenta corriente. El frente fiscal pasa del déficit al equilibrio/superávit, baja la deuda pública/PIB y se consolida el cambio monetario: salida de Leliq y uso de pases con tasas reales positivas. Para empresas y hogares, esto significa menos volatilidad y mejores condiciones para crédito e inversión.

Mirando adelante, la clave es sostener reglas estables: equilibrio fiscal, tipo de cambio competitivo, financiamiento del comercio exterior y más oferta en energía, agro y minería. Si esas piezas se mantienen, la proyección 2025 apunta a crecimiento con inflación a la baja, empleo recuperándose y menor prima de riesgo. En una frase: inflación en descenso, dólar oficial previsible, reservas en alza, superávit comercial y cuentas públicas ordenadas.

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